3 ó 4 ramilletes gordos de apio
1 zanahoria una cebolla y un puerro
una hoja de laurel
100 g de queso rallado
4 cucharadas colmadas de harina y una más para la cocción
1/2 litro de leche
1/2 litro de caldo de cocer los tallos de apio
100 g de crema líquida
sal
el jugo de un limón
Preparación:
1. Poner en una cazuela agua fría y sal, la zanahoria, los puerros lavados, la cebolla entera y pelada, la hoja de laurel, una cucharada de harina y el jugo de limón. Cuando rompa el hervor, añadir los tallos de apio bien limpios y cortados (en trozos de 4 cm aproximadamente) y dejarlos cocer hasta que estén tiernos y escurrir. Colar el caldo y reservar.
2. Poner en otra cazuela la manteca a derretir. Añadir la harina fuera del fuego para que no se formen grumos y volver a ponerlos sobre él agregando, poco a poco, el caldo de las verduras cocidas y el medio litro de leche hasta que espese. Echar por último la crema líquida, sazonar a gusto y dejar cocinar todo junto hasta conseguir una salsa ligeramente cremosa.
3. Colocar los tallos de apio en una fuente refractaria untada con un poco de manteca y cubrir con la salsa. Espolvorear con queso rallado y gratinar.
2. Poner en otra cazuela la manteca a derretir. Añadir la harina fuera del fuego para que no se formen grumos y volver a ponerlos sobre él agregando, poco a poco, el caldo de las verduras cocidas y el medio litro de leche hasta que espese. Echar por último la crema líquida, sazonar a gusto y dejar cocinar todo junto hasta conseguir una salsa ligeramente cremosa.
3. Colocar los tallos de apio en una fuente refractaria untada con un poco de manteca y cubrir con la salsa. Espolvorear con queso rallado y gratinar.